lunes, 7 de abril de 2008

Nuestra Bienvenida al Año 2008



A las queridas y queridos lectores de este espacio, les damos la bienvenida y los hacemos partícipes de esta nueva etapa en nuestro blog, esperando que este año venga cargado de buenas noticias y actividades que, por supuesto, serán difundidas a través de este pequeño sitio.

Para comenzar este nuevo año, hemos querido evocarles algunas palabras de Claret, extraídas de su autobiografía y algunos comentarios realizados por el Teólogo Laico Carlos Casanueva en su artículo “El seguimiento de Jesús en Claret: Un acercamiento a la Cristología Claretiana”, el cual está disponible en la página web de los claretianos en Chile y que les invitamos a leer. He aquí las palabras de Claret:

“Al margen de todos los significados históricos o jurídicos, para mí la palabra misionero significa evangelización, el servicio profético de la Palabra, dejando más a un lado las estructuras pastorales y la sacramentalización. Lo he sentido siempre como algo referido al mismo Cristo, Cristo ungido y enviado, cabeza de todos los misioneros.
Por eso mismo, cada vez me sentía más llamado a configurarme con Él, a vivir su intimidad, a imitarlo, a testimoniarlo hasta la muerte, a proclamar su mensaje de salvación.
Desde esta perspectiva entiendo todos los rasgos y actitudes misioneras de Jesús evangelizador. Por eso mi preferencia es contemplarlo e intentar imitarlo en su vida pública, en su predicación, en recorrer los caminos de un pueblo a otro, en su constante orar, en pasar sudores y fatigas, en la atención y compasión por los más necesitados...”

Podemos ver que tanto en estas palabras como en otros relatos del Padre Claret, se encuentran presentes las dimensiones de Jesús en Claret:

Misionero como Jesús: Un hombre lleno de amor.
Misionero como Jesús: Enviado por el Padre.
Misionero como Jesús: Una vida ejemplar.

Cada una de estas dimensiones nos explica el sentido del Ser Misionero según el estilo de Claret.

La primera dimensión nos habla que Ser Misionero significa amar incansable y apasionadamente, pues es el amor la virtud más importante que todo misionero tiene que tener. Para lograr aquello, es necesario imitar a Cristo, para que Él penetre en nuestras vidas.

La segunda dimensión nos habla de tres aspectos entrelazados que Claret considera indispensables para Ser Misionero: la caridad, la necesidad de ser enviado y la obediencia.

La tercera y última dimensión nos habla que el misionero ha de ser al mismo tiempo profeta y testigo. Al igual que Jesucristo hacía, también el misionero tiene que ser y hacer para después poder enseñar. Jesús fue coherente entre lo que dijo e hizo, por esto, el testimonio de la propia vida es el medio privilegiado para evangelizar.

Esperamos que este pequeño encuentro con el ejemplo de vida de Claret nos sirva para el camino que como católicos miembros de la Familia Claretiana deseamos emprender para este año.


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